martes, 7 de noviembre de 2017

Diario de un viaje a Rumanía: día 6: Sighisoara - Biertan - Sibiu. La Rumanía profunda

Nos dolía en el alma haber estado tan poco en Sighisoara y tener que abandonarla, pero había que seguir nuestra ruta de camino a Sibiu.

Para ir a Sibiu (desde Sighisoara) hay dos opciones: yendo por la nacional y atravesando (y parando si queréis) la localidad de Medias, o bien, trayecto recomenado, desviarte hacia Biertan e ir por una carretera peor, pero que te adentra en pueblecitos rumanos que te hacen retroceder 40 o 50 años en el tiempo, la Rumanía profunda.

Nosotros optamos por la segunda opción, puesto que Biertan era una de las visitas recomendadas en la guía del viaje. Pueblo pequeño con el reclamo de, cómo no, una iglesia fortificada Patrimonio de la UNESCO. Mi humilde opinión es que si no has visto antes Prejmer o Harman, seguramente te gustará mucho y te llevarás una gran impresión, pero si ya has visitado las anteriores, la de Biertan no te va a aportar nada nuevo ni mejor a lo que ya has visto, es más, desde mi punto de vista está varios escalones por debajo de las mencionadas.

Entramos en la Rumanía profunda

Una de las torres de la Iglesia Fortificada de Biertan


Bastante decepcionante 
Lo curioso de la parada en Biertan es que coincidimos con un Rally de coches de época, que estaban todos en la plaza principal, listos para salir a un tramo cronometrado con final en Sibiu. Por supuesto a lo largo del camino hacia Sibiu, fuimos coincidiendo con varios de ellos, a los que había que adelantar.
Lo mejor de la para den Biertan jajaja
El camino hasta Sibiu por Biertan es una de las mejores experiencias del viaje por Transivalnia. La carretera no está del todo mal asfaltada y aunque no tiene arcén, se hace muy llevadera por el poco tráfico que hay. Vas atravesando pueblecitos y cruzándote con coches tirados por caballos, tractores (que también se ven en España claro) y sobre todo la oportunidad de poder interactuar con las personas de allí.



Una Catedral en un pueblecito

Sí, estábamos en la Rumanía profunda
Hicimos una parada en una iglesia ortodoxa que estaba cerrada, pero que nos sirvió para descubrir lo agradables que son los rumanos y sobre todo los niños. Nada que ver con la imagen que tenemos de los que están en España.

Llegamos al Ibis de Sibiu sobre la hora de comer. Nos dieron una planta 11 con vistas al centro histórico que la verdad no me esperaba :). El Ibis se encuentra situado a apenas 5 minutos de la entrada al centro histórico así que no tardamos mucho en salir y buscar un restaurante para comer.

Las vistas desde la habitación del hotel, al centro de Sibiu

La calle principal es la Nicolae Baicescu, es peatonal y llena de comercios, bares, terrazas y pastelerías. Tras comer nos dirigimos a la Catedral de la Santísima Trinidad. Tiene cierto parecido con la de Sofía (no hemos estado allí) y mira que ya habíamos visto iglesias y catedrales de este estilo, pero esta me pareció impresionante. No sabría deciros qué tiene de especial porque al final está decorada como todas las ortodoxas, aunque mejor conservada y restaurada, pero no sé, me pareció magnífica.

Bonita por fuera

Espectacular por dentro
Muy grande por dentro, con poca gente en ese momento, con una bonita luz que entraba de fuera...no sé, mirad las fotos y opináis jajaja.

Después nos dirigimos a la Catedral Luterana de Sibiu, pero había una boda y decidimos dejarlo para el día siguiente, así que subimos a la Torre del Consejo desde la que se ve una vista panorámica de la ciudad con especial atención a la Plaza Principal (Piata Mare) y al otro lado, su hermana pequeña (Piata Mica, desde la que se accede a la torre).

Seguimos recorriendo los lugares de más importantes de Sibiu, como la Piata Mare o la iglesia Romano Católica. Para entonces ya nos habíamos percatado de una de las peculiaridades de esta ciudad, las casas que te miran ;).

¡Nos vigilan!

Piata Mare
 Momento para ir a coger fuerzas al hotel y salir a dar una vuelta por el resto de la ciudad como el Puente de los mentirosos y sus murallas y torres de vigilancia, a la vez que buscábamos un sitio para cenar.

Puente de los mentirosos

Una torre de vigilancia

Muy buena impresión de la ciudad el primer día, aunque no llegaba a Sighisoara.

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