El primer puesto sin lugar a dudas, y que probablemente pasa a mi top ten de series favoritas, es para Sons of Anarchy. Vale, no se ha estrenado en 2015, de hecho ha finalizado este año, pero yo la he visto este año, y entonces cuenta como tal. Era una serie que tenía pendiente desde hacía tiempo, pero nunca sacaba tiempo. Al final nos decidimos por empezar a verla, y solo puedo decir que es estupenda. Al ver que trata sobre moteros puedes pensar que va a ser un coñazo y todo el rato van a estar en la moto recorriendo ciudades y atracando a pobres indefensos... Nada más lejos de la realidad. Las tramas están muy bien desarrolladas y los personajes tienen muchísima personalidad. Como en casi todas las series, acabas odiando a unos y encariñándote con otros, pero en esta, te puede pasar que al principio odies a unos y luego te identifiques con ellos, y viceversa.
Me queda por ver la séptima temporada, cosa que no pasará más allá del mes que viene, pero la serie, para mi, tiene dos puntos culminantes e inigualables: el final de la tercera temporada y el final de la sexta. La lucha interna que mantiene Jax consigo mismo por elegir entre su familia y su club, las ganas de venganza de Clay y... bueno la presencia, odiosa, casi siempre, de Gemma, la madre de Jax, son el epicentro de Sons of Anarchy, pero no hay que olvidar al resto de secundarios que han dado momentos inolvidables como Opie, Otto o Juice.
El segundo lugar, la sorprendente Borgen. ¿Y por qué este adjetivo delante de la serie? pues porque si a mi me dicen que iba a acabar viendo una serie sobre política danesa y que me iba a gustar y a enganchar...probablemente le hubiera tachado de loco. Serie cerrada con 3 temporadas, a cada cual mejor y el primer pensamiento que se te viene a la cabeza cuando la ves, es que si es verdad que la política danesa es así, ahora entiendes como va un país y como va otro (el nuestro).
Las dos series políticas de los últimos tiempos quizá sean House of Cards y esta (hablan muy bien de 1992, pero no la he visto ni creo que lo haga). A mí, personalmente, me gusta más la danesa por un motivo fundamental: creo que el peso de House of Cards (que es muy buena), lo llevan exclusivamente Kevin Spacey (Frank Underwood) y Robin Wright (Claire Underwood) mientras que en Borgen, a pesar de que la protagonista indiscutible es Birgitte Nyborg (Sidset Babett Knudsen), los secundarios tienen muchísimo más protagonismo e importancia que en la norteamericana. Es imposible no encariñarse con el jefe de prensa Kasper Juul (Pilou Asbaek) y su historia de amor-desamor con la presentadora Katrine Fonsmark (Birgitte Hjort Sorensen), o con el jefe de noticias Torben Friis (Soren Malling).
El otro punto que hace que me guste más que House of Cards es cómo se trata el papel de los medios de comunicación en la política y la relación de los políticos con los periodistas. En House of Cards se trata muy por encima y apenas se limita a un par de periodistas, mientras que Borgen nos ofrece toda una visión de cómo trabaja una redacción durante unas elecciones por ejemplo.
El tercer lugar no lo tengo tan claro, no ha habido ninguna más que me haya entusiasmado me quedaría con dos a la par: Better Call Saul, el spin off de Breaking Bad, centrado en la figura del abogado Saul Goodman, aunque más porque me esperaba menos de ella, que porque digas qué pedazo de serie. Es correcta sin más. Y algo por encima pondría a Penny Dreadful, sobre todo por la segunda temporada que me gustó mucho más que la primera. En esta serie hay que destacar el papel de Eva Green (como Vanesa Ives) aunque el resto de protagonistas (El doctor Frankestein, Dorian Gray, Ethan Chandler etc) están muy bien. Además la música es extraordinaria.
¡El año que viene más!
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