Tercera y última oportunidad que iba a dar a "la city" de que me gustara. Anteriormente estuve dos veces...una en 2005, todo iba perfecto, fuimos a ver las semis de Champions entre Chelsea y Liverpool (el año de la histórica remontada de estos en la final ante el Milán). Todo se torció a la vuelta, cuando nos las vimos muy mal para llegar a Victoria y coger el bus de vuelta a Stanted, casi no llegamos...ahí nos empezamos a llevar mal Londres y yo...
La segunda, en 2011, un fin de semana. Fuimos a ver a Sergi, que llevaba unos meses trabajando por allí. Llegábamos el viernes a eso de las 23:30 a Luton, y la idea era llegar a Victoria e ir andando hasta el barrio de Chelsea, donde teníamos el alojamiento, y mientras, por el camino, ir tomando unas pintas. Error...¡en qué clase de capital europea que se precie, no hay un pub normal y corriente, abierto a las 12 de la noche!...llegamos al alojamiento...y madre mía...baño y habitación compartida...a lo mejor con 20 años me hubiera adaptado, pero con 30 ya...
A Vero le encanta la serie "Doctor Who" (a mi me enganchó jejeje), así que me enteré de un concierto (de estos que hacen con la Banda Sonora de las pelis o series), que se iba a celebrar en Londres, en Wembley. Siempre decía que la última palabra para que me gustara Londres, la tendría Wembley, así que era el momento justo, la última oportunidad para la ciudad. La regalé el concierto y el viaje. Necesitaba ir cómodo a la ciudad y quería ir a Heathrow, así que nada de Ryanair o Easyjet...con Iberia ida y vuelta. Para el hotel me las vi muy mal. Londres es muy caro para el alojamiento. Me recomendaron un hotel...Ibis Blackfriars...se me iba de precio, hasta que me llegó una oferta 3x2 noches. Ni me lo pensé. Parecía que la ciudad quería agradarme desde el principio:).
Y para allá que fuimos. Llegamos el viernes a las 10:30 de la mañana a Heathrow, compramos la Oyster y hacia el hotel en metro. He de decir que no me esperaba que el trayecto durara casi tres cuartos de hora. Salimos a la primera por la salida buena, llegamos al hotel, un hotel moderno, con atención amable y lo más importante con las habitaciones limpias, al menos la nuestra. Dejamos las cosas y nos fuimos a comer, sin complicaciones, una pizza.
La primera parada era la Abadía de Westminster. Al ser la hora de comer, no tuvimos que esperar más de 5 minutos en la cola. No nos defraudó la Abadía. Muy bonita, sin quererlo se te va la hora, y eso que había una parte que estaba cerrada los viernes y no pudimos verla. Una vez hecha esta visita obligada, había marcado un recorrido por las calles imprescindibles de Londres, para que Vero viera la ciudad.
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Los jardines de la Abadía |
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El Claustro |
Vimos las ardillas de St James Park, el Palacio de Buckingham, la estación de Victoria, Green Park, Picadilly, el Soho, Covent Garden, Trafalgar Square...ya eran casi las 19.30 y la idea era terminar en el Tower Bridge...en qué momento. La dije, vamos dando un paseo por la rivera del Tamésis, pero pensaba que estaba más cerca. No llegaba nunca...Pasamos por todos los puentes, el de Waterloo, el blackfriars (al lado del hotel), el de Southwark, el London Bridge...a las 9 de la noche llegamos al Tower Bridge...ya no podía con mi alma.
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Covent Garden, con la gente ya de cervezas a las 6 de la tarde |
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¡Pues todavía quedaba casi media horita hasta allí! |
Para cenar, no nos apetecía complicarnos y queríamos encontrar un Mcdonald...lo encontramos, aunque tuve que tirar de datos. No estaba lejos y luego el hotel también nos quedaría cerca. Nos sentó de maravilla, 20 minutitos más caminando...y a descansar, que al día siguiente esperaban St Paul, el British, Wembley y el concierto.
El día en imágenes:
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La típica foto londinense, con el Big Ben y la cabina |
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El taxi negro |
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El Támesis y el Parlamento |
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St Jame´s Park |
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Panorámica de la Plaza del Palacio de Buckingham |
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Picadilly |
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Trafalgar Square |
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Tate Modern |
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Tower Bridge |
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