miércoles, 1 de julio de 2015

Milenio 3: La magia de la radio no admite comparación con la tele

El sábado me encontraba en Burgos y de repente me encuentro en el móvil, en el Facebook, la publicación de un colega que decía "Hasta siempre Milenio 3". De repente me pongo a indagar y mis temores se convierten en realidad...era el último programa de "Milenio 3", un programa que, a mi juicio, ha cambiado la radio nocturna. Un par de días antes vi la noticia de que Iker Jiménez había firmado una exclusividad con Mediaset para seguir con Cuarto Milenio y, aunque él lo niegue, creo que por ahí van los tiros.

El caso es que fue como una punzada en el corazón. Cierto es que en los últimos años ya no lo he escuchado tanto, pero recuerdo, como si fuera ayer, aquella noche de agosto del 2002 en la estación de autobuses de Plasencia...Javi y yo estábamos esperando dentro del coche a Juanito, que venía desde A Coruña, a pasar unos días...pusimos la radio y dijimos "¿esto qué es?" lo estuvimos escuchando un rato y nos gustó bastante. A partir de esa noche, me enganché al programa. Durante los siguientes años (casi 10), lo escuchaba casi siempre (cuando no salía claro jajaja) y su mayor mérito era hacer programas que daban miedo de verdad.

Además de la música que inspiraba el programa (perfectamente elegida), recuperó para la causa las dramatizaciones radiofónicas. Eran majestuosas, estaban perfectamente estructuradas y te hacían sentir que estabas viendo una película.

Pero volvamos al miedo. De verdad que había programas que, por lo menos a mí, me llegaban a acojonar. En Madrid no tanto, pero en el pueblo, que normalmente tengo un piso para mi solo, escuchar a Iker Jiménez un viernes o un sábado por la noche me hacía apagar la radio muchas veces jajaja.

Pero si hay algo que para siempre voy a recordar, son los viajes en Engra escuchando a Iker. Cuantas madrugadas de viernes me bajaba al pueblo, ponía la radio y ahí estaba Iker con su programa. ¿de qué iría hoy?...vaya ¡qué casualidad! ¡de apariciones en las carreteras! claro que para ese momento yo ya me hallaba siempre en la Nacional, totalmente a oscuras y sólo con la iluminación del coche. ¡Si al menos me pillara en autopista!...pero no, que si la mujer de blanco, que si la santa compaña, que si las hurdes (que me pillaban a lado)...había veces que no aguantaba más y cambiaba directamente jajaja.

En los últimos años ya lo he dejado un poco y tampoco veo Cuarto Milenio. Pero si algo tengo claro es que voy a echar mucho de menos poner la radio un sábado por la noche y no escuchar esa inconfundible voz, acompañada de la música inquietante de fondo y de unas historias, más o menos terroríficas, pero siempre, interesantísimas...

¡HASTA SIEMPRE MILENIO 3!

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