Salí del agua, me fui quitando el neopreno tranquilamente, me paré un poco debajo de las duchas para quitarme la sal, cogí la mochila y me metí en la carpa para ponerme el culotte, las medias comprensivas y el maillot de bici. Lo importante era ir cómodo, y esta era la mejor opción. Me comí un plátano antes de salir...y comenzaba la parte más dura y larga del Ironman, la bici...167 km con 1800 metros de desnivel y viento en contra al principio y, en teoría, a favor al final, aunque las previsiones daban que a media tarde giraría el viento y lo tendríamos en contra todo el camino.
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Un plátano para coger fuerzas y a por la bici |
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¡Vamos allá! |
Mi esperanza era que, con el paso de los km, el gemelo se fuera bajando. Los primeros 30 km eran más o menos favorables, un par de subidas sin mucha importancia. Lo realmente dura empezaba a partir del km 42, tras el primer avituallamiento en Alcoutim. Aquí hice mi primera parada, comí medio bocadillo de jamón (debería habérmelo comido entero) y estuve unos 5 minutos estirando el gemelo y masajeándolo al tiempo que me echaba voltaren...pero no había forma. Llegué a la conclusión de que me molestaba más con la media comprensiva, así que me la baje, y parecía que algo se había aliviado. Desde Alcoutim hasta Mértola había 40 km, y yo pensaba que estos eran los más duros, salvo un tramo de unos 10-12 km nada más coger la nacional, que se hicieron bastante rápidos. Antes de coger la nacional, hice la primera parada de la llamada de la naturaleza. Una vez en la nacional, tras cruzar un puente, comenzamos un falso llano, que resultó ser casi todo el rato en subida, empecé a coger a gente, el viento soplaba cada vez con más intensidad (hablamos de unos 20-25 km/h) y el gemelo seguía sin dar señales de mejorar.
Así llegamos a Mértola, dónde estaba nuestro ansiado avituallamiento propio. Km 84, y 3h 30 aprox. Más geles, otro bocadillo de jamón y el Red Bull. Es sorprendente como una nevera de 3 euros del chino, conserva el frío tantas horas decentemente jejeje. Lo tenía claro, no tenía prisa ninguna, así que me comí el bocadillo y el red bull tranquilamente, además de estirar todo lo que pude. Creo que me tiré unos 15 min de avituallamiento jejeje. Aproveché para llamar a Vero, y decirla que me quedaban unas 3 horas para llegar...fallé un poco en la previsión jajaja
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Después de un bocadillo de jamón y un Red Bull, la cara es otra jajaja |
Nada más salir de Mértola había una subida bastante dura, aunque corta y aquí me junté con Juanjo, un triatleta mayorcete, que conocía a gente de la organización y que me vino muy bien para un tramo más llano y más llevadero de lo que pensaba que era cuando hice el recorrido en coche. Y a lo tonto, ya estábamos en el km 102 y llegamos a la frontera, al puente de Pomarao, para entrar en España, que nos recibía con una pendiente del 10-12%...y aquí fue dónde se me fue todo el tiempo de más que tardé. Fueron 12 km hasta el Granado más duros de lo que yo había presupuestado. Primero por el viento, que seguía soplando en contra...y luego porque en vez de ser llano, eran ligeramente hacia arriba, lo que hizo que mi media bajara considerablemente.
En el Granado estaba el tercer avituallamiento, recargué agua, volvía a masajearme el gemelo y comenzamos la parte más rápida del todo el recorrido, no porque fuera cuesta abajo o muy llano, si no porque fueron los únicos 16 km en los que me dio el viento a favor, lo cual no era muy esperanzador, porque sabía que en Villanueva de los Castillejos, había que girar totalmente a la derecha, con lo que lo tendríamos de cara.
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La verdad, no me acuerdo dónde fue esto, pero seguro que ya llevaba horas jejeje |
Las previsiones no se equivocaron y a media tarde, a eso de las dos, el viento ya había cambiado, así que afrontaba los últimos 35-40 km con todo el viento de cara y una recta interminable. De fuerzas iba bien, gemelo aparte, pero ya empezaba a estar aburrido de la bici. Un coche de la organización se puso a mi altura, y el fotógrafo (con el que había hablado en Mértola), me preguntó qué tal iba, le dije que aburrido, pero bien. Poco después hice la segunda parada para orinar, tras el último avituallamiento en San Silvestre de Guzmán, dónde me tomé el Voltaren en pastilla, para que me hiciera efecto cuando empezara la maratón, rellené la bebida carbohidratada y también agua fresquita.
Teníamos de margen para cruzar el puente de Ayamonte (en la maratón) hasta las 18:30, y eran casi las 16:30 aprox, calculé rápidamente y supe que no habría problema, aunque Juanjo, que me volvió a alcanzar, no las tenía todas consigo. Y llegamos a Ayamonte, dónde nos aguardaba una sorpresa (una putada más bien) en forma de rampa del 14% aprox, para entrar a la T2...7:30 minutos había echado en la bici...para como llevaba el gemelo y el tiempo que estuve parado en los avituallamientos, no se me fue tanto de las 7 horas que había presupuestado.
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La mencionada "rampita" final |
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