lunes, 10 de agosto de 2015

El camino hacia el Ironman: Duatlón Rivas 2014 y la lesión

Una semana después de la media de Getafe, empezaba con los duatlones. Y lo hice de manera inmejorable. Volvía a Rivas, pero esta vez era Campeonato de Madrid, con lo que había un gran nivel y la distancia era mayor, era un sprint en toda regla: 5 km corriendo, 20 de bici y otros 2,5 corriendo nuevamente. Hacía un buen día, fresco, sol y apenas viento. Recuerdo que iba con Jesús, que está a otro nivel, creo que Alberto también estaba, y Ramón.

Mi mejor Duatlón hasta la fecha, sin duda. Le dije a Jesús, que haría en torno a 1:20 y...eso fue lo que hice jejeje. Salida rápida, espectacular para los que lo ven desde fuera, y pronto me siento bien a buen ritmo (siempre, por supuesto, hablo en comparación conmigo mismo jajaja). Voy tan bien, que me sorprendo del tiempo que hago en los 5 primeros kilómetros, que contaban con una pequeña subida. Acabo con 21:49, a 4:22 el km, en lo que creo que es mi mejor marca para un 5.000. El entrenamiento de Pepe había dado sus frutos.

Cojo la bici, e intento ir rápido. Lo voy consiguiendo, pero al final, entre que era novato en comer sobre la bici y en que no me quería cebar en las pequeñas subidas, bajo un poco el ritmo y termino el sector de bici con 44:30. Más o menos el tiempo normal que solía hacer siempre en 20 km.

Tras la bici, me cuesta un poco coger ritmo (Jesús me dijo que debía ensayar más eso...cosa que hasta el momento, no he hecho jajaja), pero a los pocos metros ya puedo apretar de nuevo. Paso a alguno que otro duatleta, bajo un poco el ritmo en el repecho para darlo todo al final y terminar el sector con un tiempo de 11:12 a una media de 4:29. Al final, en lo que mejor se me daba, la bici, fue dónde más tiempo perdí.

El tiempo total fue de 1:19:43. Un buen tiempo, con unas grandes sensaciones, sobre todo en la carrera.

Me veía fuerte, hasta que el jueves siguiente, entrenando, en plenas series, la rodilla dijo que basta. Llevaba un tiempo notando alguna molestia, pero no me impedía correr, y tampoco se podía decir que era dolor. Pero esa noche, en ese momento, ya si fue dolor y tuve que parar. Fui a un traumatólogo que me mandó rehabilitación. Desde luego lo que hice, no se pareció en nada a lo que esperaba como rehabilitación...Sin resultado alguno, cambié de traumatólogo y me dijo que no era nada grave, un trozo de rótula suelto, pero que a veces dolería más y a veces menos. Así que, dos meses después volvería a entrenar y competir, con la preocupación de que había perdido mucho tiempo.

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