Ya había visto en la previsión que el miércoles iba a ser día de Tramuntana, un fenómeno que yo nunca había vivido, obviamente. Me sorprendió mucho el cómo apareció..de repente, por la noche, estábamos en el hotel y a eso de las 12...de repente vino una ráfaga y ya empezó a soplar poco a poco con cierta intensidad. Así que con la Tramuntana nos fuimos a Cadaqués, a ver la Casa - Museo de Dalí.
Teníamos hora para las 11...y ahí si que lo respetaron. Bueno, antes decir que, nada más bajar del coche ya el viento era bastante fuerte, pero eso no era nada comparado con lo que vimos un par de hora después en el Cabo de Creus. La Casa de Dalí es bastante interesante, te hacen una visita guiada por lo que es el interior de la Casa, impresiona la entrada con un Oso disecado, y después te dejan que visites los jardines, espectaculares, a tu bola. En los jardines está el famoso huevo, en el que te puedes meter y hacerte una foto de rigor, y un espacio en el que el artista se sentaba a inspirarse para sus obras, unas vistas privilegiadas, soplando el viento...merece la pena.
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Aquí estoy, cómo no, con el Oso |
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Inspirándome como Dalí :D |
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Parte de la Casa Museo |
Además pudimos ver durante un largo rato el documental "Salvador Dalí, gènie tragi-comique" producido por el Centro Pompidou y que, de boca del propio pintor, muestra lo que fue su vida, las relaciones con su familia...está muy bien y ando buscándolo, pero no lo encuentro.
Tras la visita, decidimos coger el coche e ir al Cabo de Creus...ya por el camino, el coche iba dando bandazos del viento que hacía, aparcamos a unos 150 m del faro...y nos costó muchísimo llegar hasta él!!!, qué viento...y no fue de los peores días, según el mapa "solo" soplaba a unos 60-70 km/h. Eso sí, vistas espectaculares del Mediterráneo, las olas rompiendo...en definitiva, una experiencia.
Para comer no nos complicamos la vida, y después fuimos a dar una vuelta por el pueblo, paseamos entre sus casas blancas, entramos en la iglesia...y para la tarde tenía preparado una ruta que llevaría hasta el faro, que me había recomendado mi jefa. Es una ruta bonita, por supuesto íbamos acompañados en todo momento del viento, y nos salieron cerca de un par de horitas, ida y vuelta.
Y ya de vuelta, decidimos volver a Roses, aunque me hubiera gustado cenar en Cadaqués, pero el día y sobre todo la carretera, no acompañaban. La carretera es preciosa, pero peligrosa para ir de noche si no la conoces, y al final tuve razón porque volviendo con la puesta de sol, había mucho loco por la carretera.
Ya de vuelta en Roses, con la Tramuntana más calmada, aprovechamos para dar un paseo por la playa, ver el último atardecer de nuestras vacaciones e ir a cenar, a uno de los pocos sitios que nos ofrecieron cena a las 22:15 de la noche jejeje.
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