El segundo día comenzaba nuestro intenso acercamiento a Dalí. Nos levantamos a las 8:30 para ir a desayunar a las 9, y salir para Figueres donde nos aguardaba el Teatro Museo de Dalí, el de los huevos, vaya.
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Teatro Museo Dalí, en Figueres |
Para evitar problemas, ya iba con las entradas compradas, así que esperamos 5 minutillos de cola y para dentro. Mi jefa (que es de allí) me había dicho que era, de los museos, el que menos merecía la pena. Para mi, que no entiendo mucho, creo que se equivocó, y Vero que entiende algo más, pensaba lo mismo que yo.
El Teatro Museo de Figueres es el más grande de los tres, en consecuencia el más caro, aunque para lo que ves y disfrutas te das cuenta de que el precio no es tan alto. Nada más entrar te encuentras con el patio, en el que hay un coche antiguo y encima un barco atado a los lados...bueno todo un despliegue que continúa en la siguiente sala en la que el surrealismo hace aparición en todo su esplendor. La visita se extiende durante 22 salas, y, si mal no recuerdo, nos llevó aproximadamente 2 horitas verlo, incluida la visita a un anexo que hay fuera de lo que es el edificio principal y que lleva por nombre las Joyas de Dalí.


Después pusimos rumbo a Pubol, donde se encuentra el Castillo Museo Gala - Dalí, que el artista dedicó a la que fue su esposa, Gala. Lo primero que hicimos antes de entrar al Castillo fue comer, que ya había hambre, en, al parecer, el único restaurante del pueblo, el que está al lado del Castillo. He de decir que no se come mal y no es caro, el Menú creo que fueron 11 euros, y no comimos mal.
Teníamos hora para el Castillo a las 4 de la tarde, pero como no había gente, nos dejaron entrar sin problemas antes. Sinceramente, este si me decepcionó un poco. Es una visita corta, en la que lo más destacado es la sala de los vestidos de Gala, es la parte de la cripta y el parking del castillo.
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La Cripta |
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El parking |
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El jardín |
Y como nos sobraba más tiempo del previsto, nos volvimos a Roses...dudamos de si volver a la playa o hacer otra cosa...y nos decidimos por lo segundo. Encontré por Internet la Ruta Megalítica y para allá que nos fuimos, como iba a anochecer pronto, no dio tiempo a hacer mucho, pero si que hicimos una horita de subida y había unas vistas magníficas de Roses y la costa.
Vuelta al hotel, bañito y a cenar..esta vez si, a La Croqueta. Buen restaurante, merecidas las opiniones en TripAdvisor
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