martes, 4 de diciembre de 2018

Diario de un viaje a Roma: día 1: La llegada, Santa María la Mayor, Quirinale, Fontana de Trevi y Plaza Venecia

Tercera vez que iba a la capital italiana, aunque hacía 13 años que no la visitaba. Desde que fui por primera vez, en el viaje de fin de curso del instituto en el 98, me quedé enamorado de la ciudad. No había visto ciudad más bonita. Con el paso de los años empecé a viajar más y conocer muchas más ciudades, Londres, Berlín, Amsterdam, Bergen, Lisboa, Oporto, Tallín....he tenido la suerte de conocer muchas ciudades europeas y hasta ahora ninguna me había parecido más bonita que Roma, aunque Edimburgo y Budapest se quedaron muy cerquita, por lo que dije que tenía que volver a Roma, para ver si me seguía maravillando y sí seguía siendo la más bonita.

Así de paso la conocía también Vero en lo que supondría en primer viaje de Abril, sin llegar todavía a los 10 meses de vida. Para el primer viaje con bebé pasaba de complicaciones y de volar con Ryanair, así que aseguré un poco más con Air Europa (tema idioma también fundamental) y para los traslados Aeropuerto-Hotel-Aeropuerto, tras echar cálculos, pensé que merecía la pena pagar un poco más ganando en comodidad y tiempo con la niña.

Salimos de Madrid a las 13:40 y llegamos a Fiumicino a las 16:10 aprox. El chófer nos esperaba puntual, aunque en el primer contratiempo, no sabía colocar la silla de bebé....bueno la coloqué yo y ya está. Y a las 17:30 aprox estábamos en el Hotel Mercure Coliseo, enfrente del monumento y que se nos había quedado muy bien de precio gracias a los puntos obtenidos en nuestro viaje a Rumanía.

Excelente trato, además hablaban español y regalaron a Abril un peluche pequeñito :).

El osito que nos regaló para Abril el hotel Mercure Coliseo
Ya con la noche encima (desventajas de Noviembre) iniciamos una pequeña ruta que había planeado para el ratito de tarde que teníamos y la primera visita sería Santa María la Mayor, que cerraba a las 7 y todavía nos daba tiempo. En Roma hay miles de iglesias y cada una tiene su encanto, pero a mí está me gusto especialmente, además, de noche iluminada, gana mucho.

Santa María la Mayor por dentro

Santa María la Mayor por fuera :)

Después pusimos rumbo a la Fontana de Trevi, pasando por Termini, la Plaza de la República, las cuatros fuentes y el Quirinale, una de las 7 colinas de Roma y desde donde se veía el Vaticano iluminado. Durante este trayecto, nos paramos a dar de merendar a Abril y de paso a comernos el primer y delicioso Gelato.

Llegamos a la Fontana de Trevi. Dicen que probablemente sea la fuente más bonita del mundo, he de reconocer que yo no la recordaba tan espectacular, lo que si recordaba es que no es como la Cibeles o Neptuno, que están en una plaza presidiendo....si no que te la encuentras al salir de alguna calle, como clandestina. Otra cosa positiva de Noviembre, no había mucha gente, se podía bajar hasta el borde tranquilamente. Preciosa y maravillosa no la recordaba así desde luego.

Preciosa la Fontana

Ya en dirección al hotel, pasamos por la Plaza Venecia, presidida por el espectacular edificio-monumento a Victor Manuel II para terminar viendo la Columna de Trajano y coger la vía del Foro imperial que nos llevaría hasta el Coliseo (precioso (no me voy a cansar de escribir esta palabra) iluminado y llegar al hotel.

El Veneciano, imponente.

La columna de Trajano

El Coliseo, me sigue pareciendo de lo más bonito de Europa

Con Abril muy cansada, decidimos comprar algo y comer directamente en el Hotel. Fue la peor elección de todo el viaje. Cogí una minipizza que encima me la dieron fría...como debía estar de mala....que no fui capaz de comerla...y yo me como cualquier cosa.

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