viernes, 30 de diciembre de 2016

Diario de un viaje a Argentina: día 5: Puerto Madryn, Península Valds, las ballenas...¡por fin empezó lo bueno!

Empezaba el verdadero viaje. Nos levantamos a las 6:30 con el sol ya apareciendo, mucho viento y con unas vistas maravillosas desde la habitación. Desayunamos y nos preparamos para empezar el viaje a la Península Valdés...iba a ser un día de mucho autobús (microbús mejor dicho), puesto que haríamos casi 400 kilómetros.

Las vistas desde la habitación

A las 7:15 nos recogían Andrea y Gustavo para llevarnos hacía la Península. Lo primero que nos dijeron era que el plato fuerte de la excursión, la navegación para ver ballenas, podría ser tanto por la mañana como por la tarde, y que nos lo dirían más adelante. Por el camino nos fueron explicando un poco de historia de la península, la flora y fauna que nos encontraríamos, el comportamiento de los animales y las peculiaridades de la estepa patagónica. La primera parada, tras casi una hora de viaje, sería en el centro de visitantes en el que tomaríamos el primer contacto con las ballenas, viendo esqueletos y hasta las barbas de las ballenas.




La barba de ballena

A partir de ahí, otro trayecto en el que aprovechamos para descansar un rato, mientras los guías desayunaban el famoso mate argentino. Nada más cruzar el centro de visitantes, ya vimos algunos Guanacos y también alguna Mara, que serían las estrellas del camino, porque aparecían cada poco tiempo. La siguiente parada sería la pingüinera, creo recordar que era la de Caleta Valdés.

Los Guanacos

Un choique

Uno tiene la imagen de los pingüinos en la nieve, y que fuera de eso, no existen. Error...si me dicen que iba a ver pingüinos a 26 grados en la playa, no me lo habría creído...pero sí, ahí estaban jejeje. Este en concreto, era el Pingüino de Magallanes y fue muy gracioso porque había uno que estaba como posando y luego veías a otros en las madrigueras...y sí, estaba esperando que hubiera una acantilado y ver a 2000 pingüinos intentando volar...pero, no hubo suerte.

Parece de mentira, pero es de verdad jejeje

Después pusimos rumbo hacía la colonia de elefantes marinos, que sería todo un descubrimiento, pero antes tuvimos la suerte de ver Orcas...de lejos, pero las vimos, y por lo visto no es fácil captar ese momento puesto que solo dura varios minutos. Es otro gran recuerdo que nos llevamos. Antes de bajar a ver los elefantes, comimos, a una hora un poco pronta para nosotros, puesto que eran las 12, pero nos dijeron que a las 4 teníamos la navegación para las ballenas y no quedaba otra. Y cuando llegamos a la colonia de Elefantes marinos descubrimos un mundo muy curioso. Su comportamiento es peculiar, digamos que se pasan el día procreando, el tamaño de los machos quintuplica (en el mejor de los casos) a las hembras, hay constantes peleas por ver quién es el macho alfa...y a este no le importa arrasar una cría si no es suya.

El macho alfa en un ataque de celos, persiguiendo a otro. Tremendo jajaja


Y ya por fín, pusimos rumbo a Puerto Pirámide para embarcar y ver la ballena austral de cerca. Elegimos Puerto Madryn, en vez de Bariloche, por esto mismo, porque...¿cuándo íbamos a ver ballenas?, había que aprovechar la oportunidad. Antes de embarcar, paramos a ver a los lobos marinos, aunque de lejos y después, embarcamos. Y a mí no me decepcionó. Primero haces una navegación de unos 20 minutos, y ya, a lo lejos, el fotógrafo te va avisando de que empiezan a aparecer. Nosotros estábamos a final de temporada y apenas había 3-4 ballenas. No esperéis ver que salgan y salten como en las películas, pero si que se las ver sacar la cola, sacar la cabeza y respirar, e incluso juguetear con los barcos, porque pasan por debajo (momentos tensos jajaja) y salen por el otro lado.

La cabeza de la ballena

La ballena en acción

Momento en el que pasa ¡por debajo del barco!

Parece que soy el capitán jajaja

Estaríamos como una media hora viendo las ballenas, y retomamos la navegación de vuelta a Puerto Pirámide, para montarnos en el microbus e iniciar el camino de vuelta a Puerto Madryn. Llegamos al hotel, nos dimos una merecida ducha y nos fuimos a dar un paseo, viendo las tiendas de artesanía, el centro comercial, el paseo marítimo, y a buscar un sitio para cenar. Después de Iguazú, Puerto Madryn resultó ser la ciudad más barata en la que estuvimos...y la comida a lo grande.

La puesta de sol desde la habitación. Magnífica

La playa con el puerto al fondo

La Cena...MegaHamburguesa con una litrona de Quilmes

Acabamos el día con sensación de cabreo, porque al día siguiente a primera hora nos iríamos para Ushuaia. Mi pregunta era,  por qué nos habían tenido 4 días en Buenos Aires, y en Puerto Madryn solo 1, cuando, si hubiéramos tenido un día más, podríamos haber hecho una excursión de snorkel o simplemente disfrutar de la playa...en fin.

Nos gustó mucho Puerto Madryn, el viaje empezaba a compensarnos :).





miércoles, 28 de diciembre de 2016

Diario de un viaje a Argentina: día 4: ahí te quedas, Buenos Aires

Por fin llegó el último día en Buenos Aires. El vuelo hacía Trelew salía a las 19 horas, así que teníamos la mañana y mediodía libres, hasta las 5 que nos venían a recoger. Poca cosa más había que hacer en Buenos Aires...desayunamos, recogimos, dejamos las maletas en consigna y nos fuimos a dar una vuelta a ver si veíamos el partido del Madrid, que estaba jugando a las 11 am de allí.

Al final lo conseguimos en una pizzería de la Avenida 9 de julio, y antes de acabar, nos fuimos a dar una vuelta por la zona y a comprar regalitos.

Volvimos a bajar a la zona del cementerio, donde había un mercadillo (que parecía interminable) y se respiraba muy buen ambiente. Fue el día de más calor en Buenos Aires, el sol apretaba y creo que me quemé la calva jajaja. Durante el paseo descubrimos un busto de Luis Braille, que fue de lo más interesante del día.

El busto de Braille

Ayudando a la estatua con el árbol

Comimos en un Friday's, que estaba totalmente decorado para Halloween, aproveché para probar otra cerveza que me habían recomendado (la Patagonia, aunque gana la Quilmes) y nos fuimos al hotel, a esperar que nos recogieran.

La Patagonia...está más rica la Quilmes



La puerta del hotel

Los vuelos nacionales de Argentina, salen del aeroparque Jorge Newbery, el otro aeropuerto de la ciudad, más pequeño y mucho más cercano que Ezeiza. Tuvimos suerte con todos los vuelos del viaje, ya que ninguno se retrasó. Por supuesto, la merienda consistió en la cajita con la pasta de avellana, el snack y la galletita de limón, pero todavía nos parecía gracioso jejeje.

El aeroparque


La puesta de sol

El famoso pack de aerolíneas argentinas

Llegamos a Trelew, puntuales, al igual que nuestro guía, que nos comentó que teníamos unos 45 min de viaje hasta Puerto Madryn, y tuvimos el primer contacto con gente que nos acompañaría durante el resto del viaje, fundamentalmente en las excursiones concertadas.

Llegamos al hotel, fuimos a cenar y a dar un paseo por Puerto Madryn que se hizo querer rápidamente...buena noche, playa...y a descansar que al día siguiente comenzaban los madrugones y el viaje de verdad.







martes, 27 de diciembre de 2016

Diario de un viaje a Argentina: Buenos Aires: día 3: La visita guiada al Cementerio de Recoleta, el Monumental, la Reserva ecológica y la cena de tango

Tercer día en la capital argentina...de haber sabido que había tan poco que ver, nos habríamos ido a una de las excursiones que nos ofrecían, pero bueno, era Buenos Aires, una ciudad enorme, que se suponía tenía infinidad de cosas para ver.

La tercera jornada tenía dos puntos principales: la visita guiada al cementerio de Recoleta y la cena espectáculo de tango (que también nos regalaron). La visita era a las 11 así que desayunamos tranquilamente y salimos a dar una vuelta más por los alrededores, centrándonos en un pequeño parquecillo con 3 ficus enormes, que me gustaron mucho. Creo que no había visto árboles tan grandes, o al menos no lo recordaba.

Uno de los ficus

La finalidad fundamental de la visita era localizar la tumba de Eva Duarte (Evita Perón) que el primer día pasé por alto y no conseguí encontrar. La visita dura hora y media aproximadamente, y al principio, puede resultar interesante, pero al final se va haciendo un poco pesada (al menos para nosotros) porque es todo el rato contar historias de personajes. Cierto es que algunas eran interesantes, pero no recuerdo la mayoría (seguro que Vero sí), eso sí, conseguimos ver la famosa lápida de Eva Duarte, puesto que sus restos se encuentran dentro de un Mausoleo con toda la familia, así que no esperéis ver la típica tumba solitaria con una sola inscripción jejeje.

El mausoleo de la Familia Duarte

El cementerio de Recoleta

Antes de comer, convencí a Vero para ir a ver el Monumental de River, y tras comprobar cual era la mejor opción para ir, fuimos dando un paseo (más largo de lo que parecía) hasta la estación de Retiro, probablemente la más bonita de Buenos Aires. Allí cogimos un cercanías con la peculiaridad de que la gente se sube y se baja con el tren en marcha...y este iba con las puertas abiertas, lo cual me dejó un poco sorprendido. El Monumental de River no tiene nada que ver con La Bombonera (Yo soy más de River). Se encuentra en la zona lujosa de la ciudad (Palermo), con casas grandes, unifamiliares...vamos el típico barrio residencial de las familias adineradas. Mucho más llamativa La Bombonera y su barrio, pero tenía que visitar también el Monumental...y visitado queda.

El Monumental de River


Y después cometimos un error, que poco después volveríamos a cometer....coger un autobús en Buenos Aires...no hay calle que no esté en obras, con lo que implica de colapsar más el, ya de por sí, intenso tráfico de la ciudad...tardamos como 40 minutos en hacer un trayecto de 15...es más, al final tuvimos que bajarnos y coger el metro...porque en autobús no íbamos a llegar a comer nunca.

Tras la comida (en la pizzería en la que cenamos el primer día, puesto que nos hacían descuento, y la comida estaba bastante rica), la tarde era para visitar lo que nos quedó el día anterior...La Reserva Ecológica. Y...segundo error, otra vez un autobús...debimos avanzar como 500 metros en 15 minutos...y tras 50 minutos de autobús, decidimos bajarnos...tirar de google maps y llegar andando a la Reserva.

Íbamos justos de tiempo, así que solo pudimos hacer el recorrido corto y apenas ver un par de aves por el camino. Eso sí, el sitio es bastante grande y tiene varias rutas para hacer. Una lástima haber podido entrar el día anterior. Eso sí, la vuelta la hicimos casi en el mismo tiempo andando,que lo que tardamos en autobús, y aprovechamos para ver las Galerías Pacífico, un centro comercial, que parece más una galería de arte que un centro comercial.

Un lagarto en la Reserva Ecológica

El agradable camino de la Reserva

El pasillo central de las Galerías Pacífico

Vuelta al hotel a descansar un poco y esperar a que nos recogieran para ir a La Esquina de Carlos Gardel. Si hablas con cualquier argentino, te recomendará que vayas a una Milonga para vivir el verdadero tango, pero para los turistas, lo más cómodo es esto, te recogen, te llevan, cenas, ves el show y te llevan de vuelta al hotel. Nada más entrar te hacen una fotito que luego van ofreciéndote para que compres...no nos preguntéis por qué....pero a nosotros no nos la ofrecieron, lo que nos hace sospechar que no salimos muy bien en la foto jajaja.

La cena estuvo riquísima, comimos empanadas, y bifé de chorizo (que allí es un solomillo), más un postre muy rico, además de barra libre de vino y cerveza, porque todo el rato te estaban llenando la copa de vino. Durante la cena nos pusieron un documental sobre Carlos Gardel, y después de la cena, comenzó el show. Merece la pena, verlo la verdad, yo no sería capaz de dar dos pasos seguidos jejeje.

El plato principal

El show de tango

Vuelta al hotel y a descansar para al día siguiente hacer las maletas e irnos, por fin, de Buenos Aires.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Diario de un viaje a Argentina: Buenos Aires: día 2: El jardín japonés y el tour en bicicleta

Dormimos todo lo que no habíamos dormido el día anterior y nos levantamos sobre las 9 para comenzar con fuerzas el segundo día. El plato fuerte era el Tour en bicicleta (a las 2 de la tarde) que nos habían regalado Laura, Mónica, Sergio y Pedro y con el que recorreríamos todo el sur de Buenos Aires...San Telmo, Boca, Puerto Madero etc...similar a lo del día anterior, pero mucho más completo, por lo que buscamos otras alternativas para visitar, y nos decidimos por el Jardín Japonés.

Quizás fue el día más productivo en la capital Argentina. El Jardín Japonés está en el barrio de Palermo, una de las zonas más lujosas de Buenos Aires, en 1 hora lo visitas tranquilamente, está muy bien cuidado, cuesta 70 pesos y es un lugar distinto dentro de la ciudad. A mí, personalmente, me gustó.

El jardín japonés

Vista desde el pequeño museo que alberga

El lago en el que se pueden ver peces de colores

Después fuimos en busca de la tarjeta sube, la tarjeta de transporte público de allí, y cómo no podía ser de otra forma en esta ciudad...tuvimos problemas, porque al parecer el sistema llevaba caído unos días y no funcionaba correctamente. Al final la conseguimos, aunque para ir a la Plaza de Mayo, tuvimos que coger finalmente un taxi y adentrarnos en el famoso tráfico de Buenos Aires.

Yo vengo de Madrid...y lo de Buenos Aires es tremendo, que caos, sobre todo en la Avenida del 9 de julio, aún así, el taxi no salió excesivamente caro, unos 90 pesos y desde la Plaza de Mayo, buscamos un lugar para comer, para luego ir andando (1 km aprox) al sitio donde se iniciaba el Tour.

Hicimos el tour con la empresa "La Bicicleta naranja" y la verdad es que muy bien, quizá porque fue un Tour particular jajaja, solo para nosotros dos, pero lo cierto es que el guía, Néstor, nos explicó con muchísimos más detalles la historia de los barrios por los que habíamos pasado el día anterior. De esta manera, me enteré que los colores de Boca Juniors se deben a la bandera de Suecia, nacionalidad del primer barco que llegó a Buenos Aires, porque nadie se ponía de acuerdo en los colores del equipo, y decidieron que fueran los colores de la bandera del primer barco que apareciera.



Néstor explicando a Vero la historia de la bombonera

Parece el Mago de Oz, pero este camino lleva a Puerto Madero

Cartel de bienvenida al barrio, el día anterior no lo vimos

También nos explicó el porqué de las escaleras en casi todas las casas de la Boca (por las inundaciones) y muchas más cosas, como por qué hay dos banderas en La Casa Rosada, y es que cuando está la pequeña, significa que está el presidente trabajando.

Lo único malo del Tour es que hizo un día con mucho viento, y no pudimos entrar a la Reserva Ecológica Natural, porque los días de mucho viento, cierran por motivos de seguridad. Eso sí, descubrí el Paseo de la Fama, estatuas de los deportistas argentinos más famosos, y me pareció curioso e interesante :).

Aquí, con mi doble según algunos...obviamente está Messi, pero pasando de la foto jejeje

Tras ello, cogimos el metro (nos gusta coger los metros de las ciudades, aunque este no nos era muy útil) y nos bajamos andando por toda la Avenida de Callao, que es como si pasearás por la Gran Vía de Madrid...no parecía que estuvieras en otra ciudad no.

Llegamos al hotel y nos dieron nuestra nueva habitación...la suite...no hay mal que por bien no venga :). Fuimos a buscar un sitio para cenar, me tome un Don Pedro, que no tenía ni idea de lo que era, pero que estaba muy fuerte y resultó ser Whisky con crema o algo así...y a mí no me gusta el whisky jajaja y a dormir para afrontar el día siguiente.

Las vistas desde nuestra habitación

El Don Pedro

jueves, 22 de diciembre de 2016

Diario de un viaje a Argentina: Día 1: La llegada, el tour panorámico y Buenos Aires no nos iba a querer

Por fin, después de todo un año preparando la boda, llegaba nuestro merecido viaje. Teníamos muchas ganas de conocer Argentina y era un destino que teníamos claro, incluso antes de comprometernos. El planning del viaje era Buenos Aires, Puerto Madryn, Ushuaia, Calafate, Iguazú y mis dos expectativas estaban puestas en Ushuaia y Calafate.

El vuelo a Buenos Aires era de unas 13 horas...el mayor tiempo que he estado en un avión, superando el viaje a Cuba. Afortunadamente, el vuelo era de noche (salíamos a las 11 de la noche) y el avión operado por Aerolíneas Argentinas era bastante amplio y con pantalla para ver pelis, jugar, escuchar música...

Kung Fu Panda 3 en argentino en el avión

Llegamos a Buenos Aires a las 3:30 de la mañana, con algo de adelanto sobre el horario previsto, lo que implicó que nuestra guía no estuviera todavía en el aeropuerto (primer contratiempo). Nuestra idea era, dadas las horas, llegar al hotel y descansar algo hasta las 9:30 que teníamos el inicio del Tour y cuando llega nuestra guía y nos dice...que no podemos entrar al hotel hasta las 2....

Lo pensé fríamente y era lo lógico, pero no nos lo esperábamos..así que dejamos las maletas y a las 6:30 de la mañana nos fuimos a dar una primera vuelta por Buenos Aires. Nuestro hotel era el Intersur Recoleta, en el mismo barrio (uno de los más pudientes de Buenos Aires) y sin destino fijo, cogimos avenida hacía abajo...Poco ambiente a esas horas todavía, y llegamos a un parque con una especie de flor de metal en medio, la floralis genérica, una escultura metálica que abre y cierra sus pétalos dependiendo la hora del día.

La Avenida de Callao, a las 5 de la mañana

Un banco para reposar la espalda bien
Tras ello y, aprovechando que el Cementerio de Recoleta (¡sorpresa!) estaba abierto a las 7 de la mañana, entramos a dar un paseo por él. Y la verdad es que es bastante impresionante y bonito, tiene muchos mausoleos y los viernes hacen visitas guiadas en español a las 11 de la mañana, a la que también fuimos.

Entre paseo y paseo, intentamos encontrar algo para desayunar, pero no había forma, aunque después del cementerio, justo enfrente, dimos con un bar, bastante amplio y con pinta de caro. Allí me tomé la primera empanada, bastante rica y el bar en cuestión resultó ser La Biela, uno de los restaurantes con más historia de Buenos Aires, cosa de la que me enteré por la tarde, viendo la guía jajaja. 

Y ya nos fuimos para el hotel, a esperar a que nos recogieran para el Tour...un Tour en el que suponíamos que nos iban a parar en sitios y dejarnos tiempos para explorar zonas y demás...nada más lejos de la realidad. El día era lluvioso y frío y en principio agradecimos ir en el minibus. El guía, creo que se llamaba Gustavo, nos fue explicando el recorrido que íbamos a hacer, y ya algo no nos cuadraba, porque solo nos señaló dos paradas.

Así que paramos en la Plaza de Mayo para hacer una breve visita a la Catedral y ver la Casa Rosada por fuera. La Catedral es bonita por dentro y distinta por fuera, puesto que no parece una Catedral, más bien un museo, pero merece la pena visitarla, porque además es gratuita. 20 minutos después nos volvimos a subir al Minibus para seguir nuestro recorrido, atravesando la Avenida 9 de Julio, la más ancha del mundo, con un sinfín de carriles...y de tráfico, para llegar a San Telmo con destino a Boca.


La Catedral

La Casa Rosada


Obvia decir que en San Telmo no paramos, nos explicó un poco la historia del barrio (para que os voy a engañar, el sueño hacía mella) y al fondo apareció la Bombonera, con lo que me puse en alerta de nuevo. 
Boca es, quizá, el barrio más famoso de Buenos Aires, sobre todo por tres motivos: allí nació el Tango, por sus coloridas casas y, por supuesto, por el fútbol, el estadio de uno de los dos clubes más importantes del país, Boca Juniors (el otro, también de Buenos Aires, es River Plate), y ser el origen del jugador más grande que ha dado el balón hasta la fecha...Diego Armando Maradona.

La Bombonera

Bien merece la pena el barrio y sus calles, pero, también supuso una pequeña decepción, porque es muy pequeño...se limita a una manzana. Nos dejaron un tiempo para dar una vuelta y poco más...nada que ver con el día siguiente en el que el Tour en bicicleta nos explicó con mucho más detalle la historia del barrio.
Y ya de nuevo al autobús para no volver a bajar...Pasamos por Puerto Madero y...se acabó...prácticamente 3 horas metidos en un autobús para, básicamente, no ver nada...si lo hubiéramos sabido, nos habíamos ido por nuestra cuenta y nos había cundido mucho más. Le dijimos que nos dejara en la Avenida del 9 de julio, dónde comeríamos y luego iríamos al hotel a una merecida siesta. Probamos la Quilmes (ya no la abandonaría en todo el viaje) y el famoso cordero argentino...y la verdad, aunque estaba rico (a Vero no le gustó mucho) el español le da mil vueltas.



El cordero y la Quilmes

El obelisco de la Avenida del 9 de julio

Y nos fuimos al hotel a que nos dieran nuestra habitación y echarnos una buena siesta de unas dos horas aproximadamente. Por la tarde, decidimos ir a ver la floralis genérica, puesto que por la mañana estaba cerrada, y paseamos por la zona hasta llegar al MALBA, dónde nos tuvimos que dar la vuelta, porque empezó a llover bastante.

La Floralis Genérica

Y llegamos al hotel para darnos una ducha y salir a cenar y cuando damos al grifo para llenar la bañera........el agua sale marrón...bueno serán las tuberías, vamos a dejarla correr un rato...10 minutos después seguía igual....así que bajamos a recepción, y no nos podían dar otra habitación hasta el día siguiente...nos tocó ducharnos en los vestuarios del spa. Nos fuimos a cenar a una pizzeria cerca del hotel...y fin del primer día...La conclusión era evidente, Buenos Aires iba a ser la típica ciudad que no te quiere, al menos a nosotros.

miércoles, 29 de junio de 2016

Quebrantahuesos: parte 2: La bajada de Somport, Marie Blanque, Portalet y el final

Y comenzó el infierno...la carretera empapada, lluvia sin cesar, curvas en herradura, bici que no sabías si iba a frenar o no y, sobre todo, frío, mucho frío...No sé si llevaría 2 o 3 km cuando tuve que hacer la primera parada para ponerme la braga en modo gorro (me dolía la frente del frío) y calentarme las manos a pesar de llevar los guantes de invierno. No sentía los dedos y ya costaba frenar.

Unos minutos después llegó Jaime, y se paró conmigo, ante mi sorpresa, no porque se parara, si no porque fuera detrás, yo pensaba que iba mucho más adelante. Reiniciamos la marcha y me di cuenta de que la gente tenía mucho miedo. Yo no he bajado muy bien nunca, aunque últimamente ya lo hago mejor, pero la cantidad de gente que pasé bajando...y no es que fuera a lo loco, el caso es que 10-15 min después tuve que volver a parar para calentarme los dedos. De nuevo Jaime volvió a aparecer por detrás, esta vez el arrancó antes que yo y supe que ya no le volvería a ver, porque no conseguiría cogerle.

Tras casi 30 minutos de infierno bajando, y según nos aproximábamos a Escot, el tiempo fue "mejorando" y por mejorando quiere decir subir la temperatura (3-4 grados) y dejar de llover...aunque por poco tiempo...nos esperaba otro infierno aunque este más corto y con el que ya contábamos. En Escot se inicia la subida al col du Marie Blanque. Es una de las subidas míticas del Tour de Francia, aunque solo tenga 9 km de ascensión. Los primeros 5 km se suben a buen ritmo, puesto que la pendiente no pasa del 6-7% pero los 4 últimos...

4 kilómetros terribles, que no bajan del 11-12%. La lluvia había hecho acto de presencia nuevamente, aunque de manera débil y casi agradecida, puesto que la gran humedad que hay en ese puerto hace que tengas sensación de mucho calor. ¡Qué rampas más duras! además la ambulancia iba estorbando casi más que ayudando, yo no se si estaba esperando a que alguno desfalleciera, porque iba al lado nuestro todo el camino.

Tardé en subir el puerto 53 minutos...no está mal para un puerto tan duro (para mí, que otros lo harían en menos de 40 minutos jejeje). De nuevo una bajada, menos peligrosa porque dejó de llover y fue el único momento del tramo francés en el que el asfalto estaba completamente seco, con lo que pudimos arriesgar algo más. Llegamos al avituallamiento más grande de toda la prueba. Rellené el bidón, me comí el bocata de jamón y di una barrita a un ciclista que estaba desesperado por conseguir una...le dije, "toma que a mi me van a sobrar".

En el tramo llano hasta subir el Portalet fue cuando dije, qué bien voy...apreté, tiré de una grupeta, cogí a otra....igual me tendría que haber controlado más. Justo antes de comenzar el Portalet, me tomé el Red Bull y a subir.

El Portalet es un puerto de 29 km ni más ni menos...la mayoría al 4-6% pero son 29 km...calculé unas dos horas. Supongo que por efecto del Red Bull, en torno al km 4-5 de la subida, me sentía muy bien, de hecho, los 15 primeros km los hice en 55 min o así...pero los siguiente 14.........Eterno se queda corto para describir cómo se me hicieron esos últimos km del Portalet. Quizá porque no me esperaba que subiera del 7-8% o quizá porque no me esperaba que hubiera tantos km a ese desnivel. Lo cierto es que no veía la hora de coronar.

Por supuesto, el frío, la lluvia y hasta el aguanieve hicieron acto de presencia mediada la ascensión, ya para terminar de darle un toque épico a la carrera, si es que no lo tenía con la bajada a Somport. Tras 2 horas 4 minutos, coroné y empezamos la bajada, que fue igual o peor que la de Somport, porque el suelo tenía gravilla, porque hacía mucho viento y porque llovía mucho. La única diferencia era que no hacía tanto frío. apenas 10 minutos de bajada y por fin salió el sol en la vertiente española, aunque acompañado de la única inclemencia que no habíamos padecido, el viento. Me paré a comerme lo que me quedaba del bocata de jamón y decidí comerlo sobre la marcha, porque estaba perdiendo mucho tiempo.

Nos quedaba Hoz de Jaca...2,5 km al 12%...no me compliqué la vida, ya solo quería llegar...puse el 32 y ya coronaría, total 2 km no pueden llevar más de 10-12 min subiendo muy lento, que fue lo que hice. Me vino la sensación de hambre y en el avituallamiento me comí un par de plátanos.

Y ya iniciamos el descenso, peligroso, hasta Sabiñánigo. Probablemente si hubiera calculado mejor el tiempo de la salida, habría apretado más y hubiera logrado la plata...Con viento a favor en la bajada, intenté engancharme a alguna grupeta, pero no hubo forma, ya no podía más. El colmo fue el giro a la derecha que hicimos antes de llegar a Sabiñánigo y que hizo que nos diera todo el viento de cara. Eso me desmoralizó por completo y puede que perdiera un par de minutos, claves al final.

Llegué a meta con 9:09, contando las paradas claro...la plata la tenía en 9:05..lástima, hubiera molado conseguirla en la primera Quebrantahuesos y teniendo en cuenta las condiciones. Pero la prueba no decepcionó (aunque algunos tuvieron mala suerte). Los paisajes pirenaicos me dejaron con la boca abierta durante la toda la carrera. Decidí no hacer fotos porque pensé que el paisaje que estaba viendo (y sufriendo) solo nos merecíamos disfrutarlo los que estábamos en la carretera pedaleando y también, mención especial para ellos, los voluntarios y animadores a los que el frío no les detuvo.

Seguramente volveré a esta carrera :). 


jueves, 23 de junio de 2016

Quebrantahuesos: parte I: la salida y la subida a Somport...Bienvenidos al (gélido) infierno

Llegó el día de la Quebrantahuesos...No se puede decir que entrenara mucho...más bien lo justo y necesario, puesto que solo he subido puertos 3 semanas, pero bueno tampoco había mucho más objetivo que terminarla. Salí el viernes por la mañana para llegar a primera hora de la tarde al hotel en Broto (a 40 km de Sabiñánigo) y esperar a Jaime. Fuimos a por el dorsal a Sabiñánigo, donde se respiraba muchísimo ambiente ciclista, y nos tomamos una cerveza con Fran y Patri. El resto de compis de TRIMAD, ya se habían ido para el camping a cenar y descansar. Nos fuimos pronto para cenar mientras veíamos la primera parte del España - Turquía, y la verdad es que cenamos bastante bien, en el hotel Sorrosal. Nos fuimos para el hotel a ver la segunda parte y a preparar nuestras bicis para el madrugón del sábado.

A las 5 sonó el despertador, desayunamos y nos preparamos...finalmente la elección fue ropa de invierno...y aún así se quedó corta. La temperatura era de unos 7 grados. Fue imposible quedar con nuestros compañeros de TRIMAD, así que aparcamos, sacamos las bicis y a esperar la salida en la que estábamos unos 7000 ciclistas aproximadamente.

Y a las 7:30 en punto se daba el pistoletazo de salida, pero no sería hasta 14 minutos después cuando pasáramos por el arco de salida. Primeros rápidos, muchos ciclistas queriendo coger posiciones y grupetas...Jaime y yo esperando nuestra grupeta, hasta que llegamos a la Nacional dirección Jaca, y ahí ya nos pusimos a rueda de una, aunque pronto veríamos que esa se nos quedaba corta, así que nos fuimos a por otra jejeje.

En esos momentos el sol hacía acto de presencia, y parecía que el tiempo no iba a ser tan malo y que nos iba a sobrar algo de ropa...jamás había estado tan equivocado. Jaime y yo seguíamos junto a una media de unos 30 aprox y poco antes de que el terreno empezará a picar para arriba, él paró a orinar y yo, que iba a esperar un poco más, también decidí hacerlo unos 500 metros más adelante...pero ya no nos veríamos hasta mucho tiempo después.

Y poco a poco se el terreno iba empinándose más al tiempo que el sol desaparecía y las nubes cubrían más y más el cielo. Al pasar Canfranc estación es cuando empieza el puerto de verdad y la verdadera aventura, puesto que las primeras gotas hacían acto de presencia y nos advertían de lo que se nos venía encima.

De repente, ya no me sobraba nada a pesar de estar subiendo un puerto...el frío iba en aumento, los cristales de las gafas mojados por las gotas, ciclistas (entre ellos Beloki) dándose la vuelta y descendiendo por el lado izquierdo...y el puerto endureciéndose por momentos. Llegamos al avituallamiento, un montón de ciclistas parados en busca de algo que ponerse o algo caliente que beber. Tremendo ambiente y mérito de los voluntarios y aficionados que nos animaban pasando frío.

Yo pensaba que en el avituallamiento se acababa el puerto...pero no, todavía quedaba un km...llegamos al túnel que indica el final del puerto, muchos ciclistas deciden darse la vuelta y...comienza el infierno...40 km de bajada...la bajada más dura y difícil que he realizado nunca.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Oliver y Mark...Messi y Cristiano

Lo tenía pendiente hace unas semanas. Me dio por volver a ver Oliver y Benji, desde el principio hasta el final (con los 13 capítulos del Mundial juvenil, que son los que más me gustan) y por fin le añadí los capítulos de campeones hacia el mundial, en el que Oliver acaba en el Barcelona (el Catalonia) y Mark en la Juve (el Piamonte creo).

El caso es que volviendo a ver la serie, me ha venido a la mente la inevitable comparación que se establece entre la ficción y la realidad. Las estrellas de la serie, Benji aparte, que realmente solo está cuando son pequeños, son Oliver y Mark, los estandartes de sus equipos...y de repente dices ¡qué parecido con el Madrid y Barça!.


Te paras a analizar las características de Oliver y Mark y las comparas con Messi y Cristiano, y a mi parecer, el creador de la serie, se adelanto unos cuantos años a lo que vendría en el fútbol de hoy día. Veamos:

Oliver es claramente Messi...el talento innato, el que consigue todo sin esfuerzo, porque ha nacido con un don, con un balón pegado al pie. Su equipo está en apuros, él lo resuelve con una genialidad. Juega para el equipo más que para él mismo. En lo único en lo que no se parece a Oliver, es en las lesiones jejeje.

Y Mark representa el no darse nunca por vencido, el jugador egoísta que piensa primero en él y luego en el equipo (porque piensa que si él lo hace bien, el equipo también lo hará). Mark se ve superado por Oliver una y otra vez, como suele pasarle a Cristiano con Messi, pero en algún momento lo consiguió superar, como ha pasado también en esta histórica rivalidad que vivimos.

Jamás en la historia del fútbol habían coincidido dos jugadores del nivel de estos dos. La pena para Cristiano es haber coincidido con uno de los 3 mejores de la historia. Si hubiera salido en otra década, probablemente estaría en el altar de los 5 mejores. Pero Cristiano tiene un gran mérito (su personalidad aparte) y de eso hablaré el próximo día en otro post.

viernes, 15 de enero de 2016

Ray Donovan, 3ª temporada y True Detective,2ª temporada

Hemos terminado esta semana la tercera temporada de Ray Donovan y la segunda de True Detective y bueno, aquí van mis conclusiones:

Ray Donovan

Me ha gustado toda la tercera temporada, vamos como la serie en general. Lo bueno de esta temporada es que han metido un giro, que ha hecho ver a un Ray más débil y a expensas de los demás....Curiosamente lo que menos me ha gustado de esta tercera temporada ha sido el último capítulo que nos dejó un poco fríos.

Toda la temporada va subiendo en climax y en penúltimo capítulo parece que van a pasar tantas cosas en el siguiente, que al final, aunque si que pasan cosas, te quedas con ganas de haber visto más.

Veremos a ver la cuarta temporada si sigue en la buena línea de estas 3...A ver, la serie no va a pasar a los anales de la historia, pero en una época en la que se hacen casi más series que películas, creo que esta tiene un hueco en cualquier hogar.

True Detective

La primera temporada no me gustó mucho...salvo los tres últimos capítulos (hecho en el que coincide mucha gente por cierto) y las actuaciones, sobresalientes, de Matthew McConaughey y Woody Harrelson; pero esta segunda si que me ha llenado bastante.

Quizá haya sido porque el ambiente ha sido más actual y la historia más fácil de seguir (aunque al principio me costó un poco jejeje, si no es por Vero, no me entero), pero para mi esta segunda temporada ha sido mejor que la primera.

También destacan los papeles de los principales, Colin Farrell, Rachel McAdams (quién la ha visto en el Diario de Noa, y quién en True Detective) y, para mi gusto el que más, Vince Vaughn, que hace un gran papel de mafioso. Tampoco desmerece el papel de Taylor Kitsch, pero creo que no llega al nivel de los anteriores.