Amaneció el último día de nuestra estancia en Dublín con amenaza de lluvia. Francina y Alberto se fueron a trabajar prontito y nosotros nos levantamos a las 8:15 para aprovechar al máximo nuestro último día. Lo primero que teníamos que hacer era ir a la Cárcel de Kilmainham, tras nuestro intento fallido del domingo.
Y esta vez hubo suerte, llegamos a las 9:45 y, aunque las visitas para el primer turno de las 10 ya estaban completas, nos dieron plaza para la visita de las 10:30. Ese rato lo aprovechamos para ver la exposición que hay y que te cuenta la historia de cómo se gestó la independencia de Irlanda, la historia de la cárcel y de los protagonistas más importantes en el proceso.
A las 10:30 comenzamos con la visita, un grupo de unas 30 personas, y, por supuesto, la visita íntegramente en inglés. Yo me esperaba bastante más de la visita la verdad. Cómo no, la parte más importante y la que sale en las fotos, el ala este, estaba cerrada por reformas, lo cual le quito vistosidad a la visita. Dura entre hora y media aproximadamente y de algo nos enteramos. Vas haciendo un recorrido por las distintas estancias de la cárcel, aunque no se podía entrar en ninguna celda, solo verlas a través de algunas puertas. Al final del recorrido te sacan al patio por donde intentaban escapar los presos y también donde eran ejecutados la mayoría de las veces. Nos sirvió para conocer la historia de los colores de la bandera de Irlanda.
 |
En la expo de la cárcel |
 |
Vero en el patio de la cárcel, helada de frío |
 |
Los pasillos de la cárcel |
Después de la visita, nuestro siguiente destino era la visita al Trinity College, más en concreto al libro de Kells y la Biblioteca. Alberto nos había dado unos tickets para el bus turístico y aprovechamos para cogerlo en la puerta de la Cárcel para acortar tiempo en nuestro recorrido del día. De nuevo una pequeña decepción. 9 euros nos pareció un exceso y aunque la exposición que rodea al famoso libro y la Biblioteca, no están mal, a Vero le decepcionó el Libro de Kells (y a mi, la verdad, que también). Al menos por los 9 euros te puedes llevar la audioguía.
 |
La Biblioteca del Trinity College |
De ahí nos fuimos a Merrion Square, para ver la estatua de Oscar Wilde y de paso dar un paseo por el parque, uno de los más importantes de la ciudad, bajo una, de momento, fina y agradable lluvia. Paseo que nos llevaría hasta la Catedral de St Patrick's, visita obligada de Dublín. A mi me gustan muchos las catedrales y esta no está mal, pero no la incluyo entre mis favoritas. Con estatuas a ambos lados de los personajes históricos de Irlanda, la veo demasiada orientada al turismo, y el precio también me pareció algo elevado, aunque esto es como todo en Irlanda (6 euros).
 |
Aquí estoy con mi colega Oscar :D |
Nos quedaba ir a comer y visitar las oficinas de Facebook en las que trabaja Alberto. Comimos en el McDonald de O'Connell y a las 16 ya estábamos en la oficinas de Facebook. Y es la hos....¡allí si que se preocupan por el empleado!, buffet para comer, salas para relajarse con Playstation y demás, un mural para decorar con piezas de lego, otro para dejar un recuerdo de tu visita...en fin, que da gusto trabajar allí y es cierto todo lo que se cuentan de estas empresas como Google y la propia Facebook :).
Tras las visita, nos fuimos a dar una vuelta mientras Alberto salía de la oficina. Y descubrimos cosillas fuera de lo que es el itinerario típico turístico. La lluvia empezaba a hacer acto de presencia con más fuerza. Recogimos a Alberto y nos fuimos a tomar las penúltimas pintas a Temple Bar. Allí apareció un amigo de Alberto con otras dos chicas, que curiosamente iban sentadas delante nuestra en el air coach, y, al parecer, una de ellas, vio la funda de la cámara en el suelo, pero cuando quiso darse cuenta, ya no estaba...mala suerte :(.
 |
Mira que era difícil, pero encontré el de mi amigo Paul jajaja |
Llovía bastante fuerte y esta vez no nos mojamos, porque cogimos un taxi. ¡De los errores se aprende!. Tras darles muchas vueltas a la forma de volver al aeropuerto, decidimos dormir algo, levantarnos a las 2 de la mañana y coger el autobús de las 3. El viaje de vuelta pasó rápido, durmiendo en el avión las 2 horas 30 minutos de vuelo, pasan rápido :).
 |
Vista de la Custom House, me recordó mucho, salvando la distancias, a Budapest |
Conclusiones:
Lo mejor: me encantó la ciudad y el país. Dublín es ideal para pasar 2-3 días, e incluso una semana y hacer excursiones a la Calzada de los Gigantes, los acantilados...
Ciudad muy acogedora, que se hizo mejor gracias a Alberto y Francina :). No tienes monumentos de los que digas que son espectaculares (al estilo Roma por ejemplo), pero es una ciudad bonita, por la que da gusto pasear, y hasta si me apuras, segura :).
Podría vivir en Dublín tranquilamente.
Lo peor: es cara, y yo no soy de los que se quejan mucho del precio cuando viaja, y sobre todo el alquiler de casas según nos contaban Alber y Francina. Y el tiempo para los que no les guste la lluvia. A mí no me desagrada, aunque soy consciente de que estar con lluvia más de 300 días al año, puede cansar.