martes, 31 de octubre de 2017

Diario de un viaje a Rumanía: día 2: Visita guiada por Bucarest

Para el segundo día habíamos contratado una excursión guiada por la ciudad, un tour privado. No somos mucho de estas cosas, pero por asegurarme la entrada al Parlamento y dado que Vero tampoco podía estar caminando todo el día, decidimos que era la mejor opción.

Seguramente no habría hecho falta, pero leí que para visitar el Parlamento, o se reserva por mail más de 9 personas, o lo tienes que hacer 24 horas antes por teléfono y, claro, no me fío yo de mi inglés para hablar por teléfono jajaja.

Tras mirar muchas, la única que especificaba claramente que se visitaba el Parlamento fue Rumanía Viajes así que contacte con ellos y muy bien. Nuestro guía, Christian, fue puntual y hablaba español más que decentemente, puesto que había vivido en Barcelona bastante tiempo.

El recorrido empezaría en el Museo de la Aldea y, tras atravesar la avenida principal y ver el Arco del Triunfo y el monumento a los aviadores, el Museo de la Aldea.....estaba cerrado. Era algo previsible según nos acercábamos, puesto que el 15 de agosto, como en España, es festivo nacional desde hacía 1 o 2 años. Yo creo que ni muchos de los propios rumanos lo sabían. Así que la siguiente parada fue el Ateneno.

Bueno, hay que decir que si contratas el tour, todas las visitas están incluidas en el precio del mismo, así que por esa parte nos despreocupamos.

El Ateneo es muy bonito, la visita no dura mucho porque no tiene mucho que ver, pero las dos salas que se ven, tanto el recibidor como el auditorio, son de gran belleza. La entrada, como todo en Rumanía, era muy barata, aunque no sé muy bien cuánto (creo que 10 leis, unos 2,5 euros).



Después vimos la Plaza de la Revolución (que ya habíamos visto en nuestro paseo nocturno del día anterior), el lugar en el que Ceacescu dio su último discurso antes de escaparse en helicóptero y nos dirigimos a la Biserica Kretzulescu de estilo ortodoxo y una de las más antiguas de Rumanía.

El tiempo pasaba rápido y ya casi era hora de ir al Parlamento. El segundo edificio más grande del mundo después del Pentágono. Yo diría que la visita es imprescindible, más que nada porque es de lo poco diferente que te ofrece Bucarest. Ceacescu quería que Bucarest fuera una imitación de París (de ahí el Arco del Triunfo, entre otras cosas) y hacía todo a lo grande. La visita del Parlamento nos llevó casi dos horas y tiene salas tan grandes como bonitas. En esas 2 horas apenas vimos un 5% del edificio y eso que todavía no está terminado.




Como siempre lo mejor llega cuando te sacan a la terraza y tienes una magnífica visión del Bulevar Unirii. En esta terraza Ceacescu quería dar los discursos, pero estaba tan lejos de la gente, que al final se tuvo que acercar más.

Las vistas desde la terraza del Parlamento
Nos reunimos nuevamente con nuestro guía y finalizamos el recorrido viendo parte de la corte Vieja y la Iglesia de Stavropoleos, por supuesto, de estilo ortodoxo y para mí, más interesante que la anterior.

Al ser festivo no pudimos reservar en el famoso Caru cu Bere (la guía nos hacía la reserva) pero nos guardamos ese comodín para otro día. Eso sí, Christian nos recomendó subir por la noche al restaurante Victoria...más tarde vendrá el porqué ;).

Fuimos a comer y a descansar un rato antes de dedicar la tarde al parque más grande de Bucarest, el Parque Herastrau. Cogimos el metro para ir (nos gusta coger el metro en las distintas ciudades a las que vamos) y en apenas 3 paradas llegamos. Es un parque bonito, no voy a decir que no. Tiene un lago por el que se puede pasear en barca, una islita conectada por un puente e incluso había hueco para un festival de cerveza o algo similar, con género de muchas ciudades del mundo.


El lago del Parque Herastrau

Me pareció curioso ver este recuerdo a Michael Jackson

Tras casi 2 horas y un helado, salimos del Parque y nos paramos a observar el Arco del Triunfo. Yo no he estado en París, pero supongo que será idéntico, además la luz del atardecer le daba un toque más bonito todavía.

El Arco del Triunfo de Bucarest

Intentamos bajar andando, pero Vero estaba muy cansada y al poco cogimos el metro de vuelta al hotel.

Salimos en búsqueda del Victoria, y resultó ser un restaurante-pub en una terraza de un cuarto piso, descubierta, con unas bonitas vistas de Bucarest y, por supuesto, lleno de rumanos que estaban cenando y bebiendo. Imposible cenar, una lástima porque hubiera merecido la pena.

Las vistas desde el restaurante Victoria

Al día siguiente comenzaría la aventura.





lunes, 30 de octubre de 2017

Diario de un viaje a Rumanía: día 1: La llegada a Bucarest

Se hizo de rogar pero por fin llegó el día de nuestro viaje a Rumanía. Tras semanas y semanas buscando información sobre recorridos, al final decidimos que haríamos Transilvania, para lo que me guié por este excelente blog: Viajeros30.com.

El recorrido a seguir fue casi idéntico aunque utilizamos más días. Según se acercaba el día, más ganas tenía de ir a Rumanía. Todo lo que leías en Internet hablaba de un país maravilloso y precioso, y es muy bonito, aunque desde mi punto de vista, igual la gente exagera un poco.

Lo más caro para ir a Rumanía son los billetes, y eso que vuelan aerolíneas de bajo coste. Para la ida cogimos el vuelo directo con Air Europa por casi 400 euros los dos....pero llegaba a las 5 de la tarde a Bucarest...las de bajo coste, aunque eran algo más baratas (no mucho...entre los dos no más de 50-60 euros) llegaban a las 12 de la noche o las 4 de la mañana y, sinceramente, después de la experiencia de Buenos Aires, y más en el estado de Vero, prefiero pagar 50 euros más y llegar cómodo y descansar.

Para la vuelta me volví loco...los vuelos directos con Ryanair y similares no bajaban de 180 euros...y eso que era entre semana....y no pago 180 euros por volar con una de bajo coste...al final encontré una combinación vía Berlín que fue, salir de Bucarest a las 11 rumbo a Berlín, por unos 25 euros cada uno...y volver de Berlín a Madrid a las 9 de la noche, por unos 60 euros...total, un ahorro de casi 100 euros por cabeza...en este caso si me importaba jajaja.

El vuelo realmente fue con Tarom y transcurrió sin ningún problema aunque el despegue y el aterrizaje fueron algo más fuertes de lo habitual.

Llegamos a Bucarest, y nos dirigimos a coger el 783 que es el autobús (junto con el 780) que te lleva al centro. Los billetes los tienes que comprar en la taquilla y la señora no estaba muy por la labor de aceptar billetes de 50 leis...por lo que tuvimos que pagar con tarjeta una cantidad de unos 3 euros para los dos.

El autobús tarda unos 40 minutos en llegar al centro y desde nuestra parada (Piata Universiti) hasta el hotel (Novotel) no había más de 8 minutos andando. Llegamos al hotel, descansamos un ratito y salimos a dar una vuelta. Bajamos por Calei Victorei, una de las más importantes de Bucarest, rumbo al Parlamento que, aunque lo íbamos a ver al día siguiente, era la primera parada obligatoria.

Iglesia Stravopelos
Después volvimos atravesando el Parque Cismigu, en el que los cuervos te hacían pensar que estabas en la película de Brandon Lee, y acabamos el primer recorrido por el Ateneo y la Biblioteca.

¡El Parlamento!
El Parque Cismigu

Para cenar el primer día no nos complicamos mucho y fuimos a un italiano enfrente del hotel y comprobamos que Rumanía, como ya había leído, es muyyyy barata.





El Ateneo

La Biblioteca (antigua)