miércoles, 29 de junio de 2016

Quebrantahuesos: parte 2: La bajada de Somport, Marie Blanque, Portalet y el final

Y comenzó el infierno...la carretera empapada, lluvia sin cesar, curvas en herradura, bici que no sabías si iba a frenar o no y, sobre todo, frío, mucho frío...No sé si llevaría 2 o 3 km cuando tuve que hacer la primera parada para ponerme la braga en modo gorro (me dolía la frente del frío) y calentarme las manos a pesar de llevar los guantes de invierno. No sentía los dedos y ya costaba frenar.

Unos minutos después llegó Jaime, y se paró conmigo, ante mi sorpresa, no porque se parara, si no porque fuera detrás, yo pensaba que iba mucho más adelante. Reiniciamos la marcha y me di cuenta de que la gente tenía mucho miedo. Yo no he bajado muy bien nunca, aunque últimamente ya lo hago mejor, pero la cantidad de gente que pasé bajando...y no es que fuera a lo loco, el caso es que 10-15 min después tuve que volver a parar para calentarme los dedos. De nuevo Jaime volvió a aparecer por detrás, esta vez el arrancó antes que yo y supe que ya no le volvería a ver, porque no conseguiría cogerle.

Tras casi 30 minutos de infierno bajando, y según nos aproximábamos a Escot, el tiempo fue "mejorando" y por mejorando quiere decir subir la temperatura (3-4 grados) y dejar de llover...aunque por poco tiempo...nos esperaba otro infierno aunque este más corto y con el que ya contábamos. En Escot se inicia la subida al col du Marie Blanque. Es una de las subidas míticas del Tour de Francia, aunque solo tenga 9 km de ascensión. Los primeros 5 km se suben a buen ritmo, puesto que la pendiente no pasa del 6-7% pero los 4 últimos...

4 kilómetros terribles, que no bajan del 11-12%. La lluvia había hecho acto de presencia nuevamente, aunque de manera débil y casi agradecida, puesto que la gran humedad que hay en ese puerto hace que tengas sensación de mucho calor. ¡Qué rampas más duras! además la ambulancia iba estorbando casi más que ayudando, yo no se si estaba esperando a que alguno desfalleciera, porque iba al lado nuestro todo el camino.

Tardé en subir el puerto 53 minutos...no está mal para un puerto tan duro (para mí, que otros lo harían en menos de 40 minutos jejeje). De nuevo una bajada, menos peligrosa porque dejó de llover y fue el único momento del tramo francés en el que el asfalto estaba completamente seco, con lo que pudimos arriesgar algo más. Llegamos al avituallamiento más grande de toda la prueba. Rellené el bidón, me comí el bocata de jamón y di una barrita a un ciclista que estaba desesperado por conseguir una...le dije, "toma que a mi me van a sobrar".

En el tramo llano hasta subir el Portalet fue cuando dije, qué bien voy...apreté, tiré de una grupeta, cogí a otra....igual me tendría que haber controlado más. Justo antes de comenzar el Portalet, me tomé el Red Bull y a subir.

El Portalet es un puerto de 29 km ni más ni menos...la mayoría al 4-6% pero son 29 km...calculé unas dos horas. Supongo que por efecto del Red Bull, en torno al km 4-5 de la subida, me sentía muy bien, de hecho, los 15 primeros km los hice en 55 min o así...pero los siguiente 14.........Eterno se queda corto para describir cómo se me hicieron esos últimos km del Portalet. Quizá porque no me esperaba que subiera del 7-8% o quizá porque no me esperaba que hubiera tantos km a ese desnivel. Lo cierto es que no veía la hora de coronar.

Por supuesto, el frío, la lluvia y hasta el aguanieve hicieron acto de presencia mediada la ascensión, ya para terminar de darle un toque épico a la carrera, si es que no lo tenía con la bajada a Somport. Tras 2 horas 4 minutos, coroné y empezamos la bajada, que fue igual o peor que la de Somport, porque el suelo tenía gravilla, porque hacía mucho viento y porque llovía mucho. La única diferencia era que no hacía tanto frío. apenas 10 minutos de bajada y por fin salió el sol en la vertiente española, aunque acompañado de la única inclemencia que no habíamos padecido, el viento. Me paré a comerme lo que me quedaba del bocata de jamón y decidí comerlo sobre la marcha, porque estaba perdiendo mucho tiempo.

Nos quedaba Hoz de Jaca...2,5 km al 12%...no me compliqué la vida, ya solo quería llegar...puse el 32 y ya coronaría, total 2 km no pueden llevar más de 10-12 min subiendo muy lento, que fue lo que hice. Me vino la sensación de hambre y en el avituallamiento me comí un par de plátanos.

Y ya iniciamos el descenso, peligroso, hasta Sabiñánigo. Probablemente si hubiera calculado mejor el tiempo de la salida, habría apretado más y hubiera logrado la plata...Con viento a favor en la bajada, intenté engancharme a alguna grupeta, pero no hubo forma, ya no podía más. El colmo fue el giro a la derecha que hicimos antes de llegar a Sabiñánigo y que hizo que nos diera todo el viento de cara. Eso me desmoralizó por completo y puede que perdiera un par de minutos, claves al final.

Llegué a meta con 9:09, contando las paradas claro...la plata la tenía en 9:05..lástima, hubiera molado conseguirla en la primera Quebrantahuesos y teniendo en cuenta las condiciones. Pero la prueba no decepcionó (aunque algunos tuvieron mala suerte). Los paisajes pirenaicos me dejaron con la boca abierta durante la toda la carrera. Decidí no hacer fotos porque pensé que el paisaje que estaba viendo (y sufriendo) solo nos merecíamos disfrutarlo los que estábamos en la carretera pedaleando y también, mención especial para ellos, los voluntarios y animadores a los que el frío no les detuvo.

Seguramente volveré a esta carrera :). 


jueves, 23 de junio de 2016

Quebrantahuesos: parte I: la salida y la subida a Somport...Bienvenidos al (gélido) infierno

Llegó el día de la Quebrantahuesos...No se puede decir que entrenara mucho...más bien lo justo y necesario, puesto que solo he subido puertos 3 semanas, pero bueno tampoco había mucho más objetivo que terminarla. Salí el viernes por la mañana para llegar a primera hora de la tarde al hotel en Broto (a 40 km de Sabiñánigo) y esperar a Jaime. Fuimos a por el dorsal a Sabiñánigo, donde se respiraba muchísimo ambiente ciclista, y nos tomamos una cerveza con Fran y Patri. El resto de compis de TRIMAD, ya se habían ido para el camping a cenar y descansar. Nos fuimos pronto para cenar mientras veíamos la primera parte del España - Turquía, y la verdad es que cenamos bastante bien, en el hotel Sorrosal. Nos fuimos para el hotel a ver la segunda parte y a preparar nuestras bicis para el madrugón del sábado.

A las 5 sonó el despertador, desayunamos y nos preparamos...finalmente la elección fue ropa de invierno...y aún así se quedó corta. La temperatura era de unos 7 grados. Fue imposible quedar con nuestros compañeros de TRIMAD, así que aparcamos, sacamos las bicis y a esperar la salida en la que estábamos unos 7000 ciclistas aproximadamente.

Y a las 7:30 en punto se daba el pistoletazo de salida, pero no sería hasta 14 minutos después cuando pasáramos por el arco de salida. Primeros rápidos, muchos ciclistas queriendo coger posiciones y grupetas...Jaime y yo esperando nuestra grupeta, hasta que llegamos a la Nacional dirección Jaca, y ahí ya nos pusimos a rueda de una, aunque pronto veríamos que esa se nos quedaba corta, así que nos fuimos a por otra jejeje.

En esos momentos el sol hacía acto de presencia, y parecía que el tiempo no iba a ser tan malo y que nos iba a sobrar algo de ropa...jamás había estado tan equivocado. Jaime y yo seguíamos junto a una media de unos 30 aprox y poco antes de que el terreno empezará a picar para arriba, él paró a orinar y yo, que iba a esperar un poco más, también decidí hacerlo unos 500 metros más adelante...pero ya no nos veríamos hasta mucho tiempo después.

Y poco a poco se el terreno iba empinándose más al tiempo que el sol desaparecía y las nubes cubrían más y más el cielo. Al pasar Canfranc estación es cuando empieza el puerto de verdad y la verdadera aventura, puesto que las primeras gotas hacían acto de presencia y nos advertían de lo que se nos venía encima.

De repente, ya no me sobraba nada a pesar de estar subiendo un puerto...el frío iba en aumento, los cristales de las gafas mojados por las gotas, ciclistas (entre ellos Beloki) dándose la vuelta y descendiendo por el lado izquierdo...y el puerto endureciéndose por momentos. Llegamos al avituallamiento, un montón de ciclistas parados en busca de algo que ponerse o algo caliente que beber. Tremendo ambiente y mérito de los voluntarios y aficionados que nos animaban pasando frío.

Yo pensaba que en el avituallamiento se acababa el puerto...pero no, todavía quedaba un km...llegamos al túnel que indica el final del puerto, muchos ciclistas deciden darse la vuelta y...comienza el infierno...40 km de bajada...la bajada más dura y difícil que he realizado nunca.